viernes, 22 de mayo de 2009

PRETEXTOS PARA SALTAR A UNA PISCINA II


Mi preocupación en ese momento era terminar de imprimir una entrega que estaba etiquetada con calidad de "urgente". Mis nervios ya estaban lo suficientemente alterados para notar que el piso bajo mis pies se había adelantado al réven del viernes, así que seguramente mis ojos estaban ya desorbitados cuando alguien hizo la conocida pregunta. . .
- ¿Está temblando?
Lo primero que vino a mi mente fueron aquellos tres puntos de seguridad que la mayoría nos sabemos. . . no corro, no grito, sí pellizco. . . o ¿cómo era?. ¡No importa!
Mientras la oficina empezaba a derrumbarse quise salvar mi vida corriendo fuera de ahi. No fue fácil salir de ella entre el escombro y algunos muebles que ya habían sido partidos por algún pedazo de la losa que se había venido abajo. Por fin logré llegar al borde de la terraza delimitado por las jardineras y justo alcancé a dar un salto a la piscina un instante antes de que el edificio se terminara de caer.
En ésta ocasión no tuve tiempo de planear mi caída, mucho menos de quitarme la ropa antes de entrar al agua en un sonoro panzazo.
- ¡Bernardo!. . . ¡Bernardo!. . . ¡Está temblando! ¿qué haces ahi sentado?. . .
- ¿Mmmhhh. . .? Ah sí, vamos pa' fuera. . .

Bueno. . . Soda Stereo había estado buscando también un pretexto. . . no para saltar a una piscina, sí para participar en este blog. Arránquense muchachos.

Soda Stereo
"Cuando Pase El Temblor"



2 comentarios:

  1. Lola...
    Gracias (-:
    Beso.

    Pao...
    sí. . . jajaja, era obvio lo que iba a suceder con un temblor y ésta tentadora alberca. . .
    Beso.

    ResponderBorrar