martes, 1 de julio de 2025

Date With The Night

Hace unos días celebraba que el semestre, ahora sí, había terminado. Mentí un poco. Se acabaron las clases del fin de semana, pero quedaban todavía dos trabajos por entregar en estos días. 

Ayer por la noche, el viento soplaba fuerte y frío empujando las ventanas de la terraza. Yo estaba en el comedor pensando en lo que pasaría hoy y terminando mi trabajo final de Teoría y Análisis del Discurso, la tarea consistía en analizar alguna película y yo elegí una de mis favoritas, The Warriors (1979) de Walter Hill. Todavía queda pendiente la representación gráfica artística de un ensayo, que se entrega este jueves. Casi nada...

Acabé, mandé mi trabajo y me dormí temprano, pero no descansé.

Soñé muchas cosas, pero voy a mentir otra vez y diré que no recuerdo ninguna. Me levanté en la mañana y me asomé a la ventana y vi que el cielo estaba muy diferente a los últimos días de nubes y lluvias. El sol salió y algunas cumulus flotaban ligeras sobre mi casa.

Hoy no salió Aurora, caminé a la oficina mientras escuchaba Poderoso, donde festejaban el cumpleaños de Deborah Harry. Me fui al hospital, esperé paciente mientras entregaban los resultados de los últimos estudios. A las 13:31:08, una de las doctoras salió a explicarme cada una de las hojas y las imágenes de los estudios.

Regresé a la oficina, me invitaron un mezcal, hice dos cosas más y me fui al Metropólitan.

Por fin pude ver a los Yeah Yeah Yeahs. Tres veces se me habían escapado, dos por estar de viaje y una por menso. Aunque no sonó Machine y Karen O venía en modo lindo y no tan rockero, no deja de tener toda la pila esa mujer. Un piano, un cuarteto de cuerdas, un contrabajo, una guitarra, teclados y los YYY.

Algún día voy a tener que contar mis sueños del 1 de julio de 2025, del hospital, los Cocuyos y los Yeah Yeah Yeah Yeah Yeah Yeahs...

"Machine"
Yeah Yeah Yeahs
Mini Album






















miércoles, 28 de mayo de 2025

Reflexiones Pandémicas 2020

"La peste no es la excepción, es la regla revelada."
Albert Camus.


Ayer me encontré con esto que escribí hace cinco años y una semana, el 20 de mayo del 2020, cuando teníamos apenas dos meses de estar encerrados, tanto como los grados de privilegios de cada uno lo permitieran, porque el confinamiento no fue igual para todos.

Me pareció interesante, como ejercicio personal, leerme a la distancia. Me recuerdo haciéndome esas preguntas sobre el lujo, las ciudades y los espacios rurales, de alguna manera siguen rebotando en mi cabeza, pero de diferente manera. Qué días tan raros aquellos, que la calle estaba rarísima, el silencio general, el hipócrita miedo de encontrarnos o vernos con otras personas más allá de nuestro círculo inmediato, 

"¿Qué es lo normal? ¿Cómo será ​nuestra vida después de esto? ¿Habrá un después?

Tal vez no para todos, pero tendremos que replantearnos nuestra vida, todos los que somos responsables, ​porque lo somos, de lo que estamos viviendo en este 2020 del reRenacimiento.

La cartelera del cine está vacía.

Es como estar en el ojo del huracán y escuchar cómo, poco a poco, crece el ruido por el viento, algunas ventanas explotan, se caen algunos cuadros y objetos de los libreros, entra aire mezclado con agua y polvo.

¿De qué manera tenemos que pensar las ciudades? ¿Qué significado tendrá ahora la palabra lujo?

​Debemos replantearnos nuestra necesi​dad de consumo, cantidad de ofertas y promociones en línea para captar nuestra atención e intentar quedarse con nuestras monedas y billetes virtuales.

La actualización de muertos y contagiados en tiempo real nos invita a mantenernos pegados a cualquier tipo de red social, parece haber una necesidad de compartir los pensamientos, sentimientos y actividades como nunca antes, y la viralización de noticias sin confirmar ha crecido como nunca, la mejor protección que he encontrado ha sido poner en cuarentena a mis contactos reincidentes y silenciarlos por tiempo indefinido. Hoy sumé a uno más que difundió dichos de un ​"cómico​", o alguien que cree serlo, sin verificar por encima de los comunicados oficiales.

Nos cuidamos por nuestros familiares y las personas a las que queremos, pero también por aquellos a los que no, porque si no estamos todos, no estamos completos.

Pensamos que de alguna manera es un momento histórico que nos ha tocado, "tocado" (si no es que nosotros mismos lo hemos provocado), vivir.

El peligro son las ciudades, en los espacios rurales la convivencia y la higiene pueden ser más cordiales.​ La ciudad como contenedor de arquitectura y actividades, voltear hacia el espacio rural y encontrar la media entre una y otra.

Películas como La Aldea de Shyamalan, con una jiribilla final que nos haga quedar a todos como unos pendejos."

Qué rápido pasan cinco años. 

"Paradise Circus"
Massive Attack
Selected

miércoles, 26 de febrero de 2025

Ballena. A+EE (02|20)



 "No se deje engañar por las apariencias. Realidad, no hay más que una."
Haruki Murakami.


Me soñé en Halifax caminando junto a una ciénaga donde crecían carrizos y lirios que se perdían y aparecían conforme se abría y cerraba la niebla. Mientras caminaba, sentía mis pies pesados hundirse en el piso que era una combinación de lodo y pasto congelado que oía crujir en cada paso que daba.

Después de algunos minutos de andar, llegaba al punto donde se mezclaban la laguna con el mar y una montaña de piedra se levantaba junto. A esta montaña le habían labrado un camino que subía en una rampa hasta la cima.

Yo subía caminando por ahí a la vez que miraba hacia el mar por algunas aperturas que había en el camino de piedra por el que iba. Veía que pasaba nadando muy despacio una ballena enorme que exhalaba profundo en el momento que su lomo alcanzaba la superficie y me daba cuenta que detrás, como si fuera un desfile, venían otras ballenas de diferentes tamaños, todas con movimientos pausados y elegantes, yo pensaba que serían tal vez una familia que estaba migrando hacia otras aguas.

En ese momento, yo estaba por llegar a la cima de la montaña cuando a lo lejos, en el borde donde nacía el camino de piedra, veía sentada a mi abuela, la mamá de mi padre, que recargaba el peso de su cuerpo sobre una mano y con la otra acariciaba el agua del mar que tenía junto a ella. Veía que también observaba a las ballenas. Estaba de espaldas a mí y no podía ver su rostro, pero sabía que era ella y le gritaba. ¡Abuela! ¡Abuela Olga! Y entonces volteaba y yo veía que sí era, pero era una versión suya mucho más joven, tanto como una foto que tenemos de ella de cuando tenía veinte o veintiún años por ahí de 1939.

Yo bajaba corriendo hasta donde estaba para preguntarle qué estaba haciendo ahí, pero no me respondía, sólo me veía y, en silencio, regresaba la mirada a las ballenas.

Nunca he estado en Halifax, he pasado sobre ella y sé que no tiene montañas de piedra. A veces sueño con ballenas, pero casi nunca con los muertos.


"Signos"
Soda Stereo
Gira Me Verás Volver


jueves, 20 de febrero de 2025

Ballena. A+EE (01|20)

"Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos."
Eduardo Galeano.

Se supone que escriba un párrafo diario, mínimo, como ejercicio en una de mis clases. Escribir como disciplina, siguiendo o no un hilo, sólo escribir el diario, los sueños o las ideas de todos los días. Es un plan que he tenido desde hace tiempo y que no había hecho, ahora es una instrucción con recompensa calificadora, ni modo.

He estado pensando cuál sería el principio, me recuerdo de niño, grabando la historia que me inventé de Piquito en la radiograbadora de mis tíos en casa de mi abuela. Piquito, el niño que tenía que ir a la guerra a luchar por quién sabe qué motivo y que no se dejaba persuadir por nadie para abandonar esa misión.

Estoy hablando sobre mi decisión de estudiar Comunicación. Hace dos semanas, una compañera de la carrera me preguntaba por qué estudiar Periodismo y qué me llevó a estudiar Arquitectura, preguntas que sí tienen respuesta, pero que a veces están hechas una maraña en mi cabeza, próximamente lo voy a tratar de desenredar por aquí.

No es una decisión aislada, de algunos pocos años a la fecha, me he puesto frente a retos de mayor o menor complejidad que relaciono a una velada crisis existencial. Con la intención de no quedarme estancado, mi idea de vida en este momento es hacer cosas que nunca haya hecho antes, pero en las que haya estado interesado desde hace tiempo.

Me emociona como pocas cosas lo han hecho últimamente, regresar a la UNAM cada sábado es mi mejor momento de la semana, es el día favorito.

Voy algunos días tarde con esta tarea, a lo mejor subo algunas más, quién sabe, puede ser que una a la semana, una cada dos, tampoco es que las vaya a publicar todas, a veces (muchas veces) siento que cuando escribo algo, es como si fuera caminando encuerado en el Zócalo a las doce del día.

"Viento"
Caifanes
Caifanes