miércoles, 22 de septiembre de 2010

CENTENARIO UNAM

El 22 de septiembre de 1910, como parte de las celebraciones por el centenario de la Independencia de México, se fundó la Universidad Nacional Autónoma de México.   Justo Sierra fue el principal promotor de su creación y desde entonces, la UNAM ha pasado por momentos complicados pero más por aquellos que le han dado prestigio a nivel nacional e internacional.

A pesar del abandono educativo por el que pasa México, la Universidad no deja de ser el referente académico, cultural y científico del país.

Sobre mi experiencia en la UNAM podría contar cuánto la he disfrutado desde niño, cuando muchas mañanas de domingo mis papás me llevaban a andar en bici al estacionamiento del más bello estadio del mundo, el de ese equipo Pumas (al que secretamente apoyo siempre que no está enfrentando al Rebaño).   De la emoción hasta las lágrimas que sentí cuando fui aceptado para estudiar en la Facultad de Arquitectura, porque si algo soñé desde niño fue estudiar ahi.   Del primero de todos los días de clase.   De los amigos, la mayoría de ellos de los más cercanos, porque todos son queridos.   De los maestros, a los que siempre les reconoceré estar ahi por el verdadero amor a la Universidad.

Así, cada que puedo me doy una vuelta, nomás para ver cómo está, qué hace o que va a haber.

Para el que esté interesado, se están realizando varias actividades con motivo de los festejos por los 100 años de la Máxima Casa de Estudios.   Si alguien va a ir al evento de los globos en el espejo de agua de Ciudad Universitaria hoy a las 10.30 am., que pase las fotos. . .

Si todo sale bien y el blogger no me falla, este post se publicará automáticamente a los 100 minutos del 22.09.2010.   Va una Goya por la UNAM porque sí, de espíritu. . . soy muy puma.

¡Goya, Goya! ¡cachún, cachún ra ra! ¡cachún, cachún ra ra! ¡Goya! ¡UNIVERSIDAD!.

Coro Estudiantil UNAM
"Gaudeamus Igitur + Goya"

lunes, 20 de septiembre de 2010

LA NOCHE DEL VENADO

Después de algunos kilómetros por carretera, nuestro guía puso la direccional de su auto y bajó la velocidad para entrar en un camino de terracería que se metía en el bosque.   La lluvia seguía cayendo y en algunos tramos se comenzaban a formar pequeños charcos que pudimos pasar sin ningún problema.   A pesar de las luces altas, la oscuridad era tan intensa que no podíamos distinguir más allá del carro delante de nosotros y el pasto que crecía alto a un costado del camino.

Cuando bajé del coche tomé una gran bocanada del aire frío.    Distinguí el olor dulce que tiene el campo y después de ponerme una chamarra más, caminé junto a los demás adentrándonos por el camino de tezontle que crujía bajo nosotros a cada paso.

El sonido de un tambor y un caracol sumados al resplandor de una fogata encendida a la distancia, eran nuestros guías en la oscuridad casi total de la noche.   Unos minutos más tarde, alcanzamos el lugar de la ceremonia, una cuenca a los pies de un cerro de pinos por un lado y una explanada por donde alguna vez pasó el ferrocarril a Cuernavaca por el otro.   Nos integramos al grupo de personas que ya se habían acomodado en forma de media luna alrededor de una nutrida fogata.   Por unos minutos la lluvia se detuvo.   Colocamos una cobija y una bolsa de dormir en el espacio que elegimos para el rito de la noche.

Después de ofrendar un poco del chocolate que llevamos para la ocasión, nos dieron el venado.   Mi inexperiencia me llevó a beberlo todo en unos minutos.   Disfrutando su sabor mezclado con el chocolate, permanecí en mi lugar esperando escuchar al coyote.

De entre la maleza salieron gatos negros y dorados que al pasar entre nosotros nos reconocían con el olfato a cada uno de los que ahi estábamos.   A pesar de la lluvia que había vuelto más intensa, los gatos parecían no mojarse y uno por uno llegaron hasta la fogata para perderse en tre el humo y los destellos de luz roja que salía de ella.   Fue entonces que me pareció que  la fogata estaba viva.   En su corazón alcancé a distinguir gusanos de lava que pasaban unos sobre de otros.   Pensé que tal vez sería el único que lo habría notado.   Cuando quise ver la reacción de los demás, encontré que ya todos portaban máscaras de madera con formas de aves algunos y con rostros desfigurados y rígidos otros.   

De la fogata salían estrellas que la misma hoguera soplaba hasta el cielo.   Aquellas que no alcanzaban a subir, se quedaban volando entre nosotros transformándose en luciérnagas diminutas que despúes de unos segundos se apagaban para esconderse entre los pinos.   

Después de algún tiempo me acerqué al fuego.   Los chamanes huicholes caminaban en sentido contrario a las manecillas del reloj e iban haciendo limpias de energía a todo aquel que se acercara a ellos.   Ahi fue donde encontré al coyote.   Uno de los troncos que alimentaban la fogata tenía la forma de la cabeza de uno de ellos,perfectamente tallado.

Aún sin amanecer, pero a unos minutos de que despuntara el sol entre los árboles, caminamos de regreso bajo la lluvia que permanecía tan intensa como al incio del rito.

The Doors
"Riders On The Storm"

viernes, 3 de septiembre de 2010

ANGEL DE LA NOCHE

Se apagó la planta de luz.   Más pronto de lo que pude imaginar, mucho más de lo que hubiera deseado, murió Germán Dehesa.   Apenas hace unos días anunciaba su enfermedad y avisaba que, como en el teatro, esa era la primera llamada. . .

Al igual que muchos, disfruté de leerlo y oirlo durante algún tiempo.   La primera vez que escuché de él fue cuando registro su rostro para que no pudieran hacerle un peluche en tv azteca (así con minúsculas).   En mi casa lo seguimos en su programa nocturno El Ángel de la noche donde tenía invitados a los que entrevistaba y con los que hablaba sobre obras de teatro, libros, discos, anécdotas.   No puedo dejar de reir cuando recuerdo como contaba que las señoras se le acercaban a decirle "soy su ídolo Don Germán".   De las veces que pincheó a mis chivas e incluso nos etiquetó de nacos por hacernos llamar campeonísimos. . . porque serían muy buenos sus textos pero de que no sabía de futbol, me queda claro que no sabía.   Caray, que me la pasé bien leyéndolo.  

Va a hacer falta, pero desde la primera vez que lo leí y hasta la última columna que publicó, me alegró varias mañanas y aún más noches en las que me ponía al corriente de sus escritos cuando pasaba algún tiempo sin poder leerlo.

Dibodobadito, la tercera llamada llegó tan rápido que sorprendió a todos.   La rata montiel y jimmy neutrón (con minúsculas también, por supuesto) ya podrán dormir tranquilos.

Eso sí, hoy es viernes y hoy, toca.

Gorillaz
"On Melancholy Hill"