Hace algunos años vi una caricatura, realizada por alguno de los moneros de La Jornada, que con motivo de las fiestas por el Día de Muertos habían hecho sobre algunos personajes de la política. En la imágen de la que hablo se enfrentaban La Muerte, empuñando una guadaña que había lanzado sobre su aparente víctima que, por su parte, había tomado con sus dos manos el arma de su contrincante mientras encajaba con furia su pie izquierdo en el abdomen de su temido rival.
Durante mucho tiempo, cada vez que mi abuela se ponía mal de salud, yo la imaginaba luchando y partiéndole la madre a La Flaca en cada batalla que libraron durante los últimos veinte años al igual que lo hacía el protagonista del grabado. No fueron pocas las ocasiones en que se decía que Olga no tenía ya oportunidades de salir victoriosa pero ella, haciendo oídos sordos ante tales pronósticos, terminaba levantándose de la lona y recuperando la alegría como si nada hubiera pasado.
Hoy se acabaron las batallas, pero aqui nadie está triste. Van muchas sonrisas y besos para despedirla.
Para hoy, su favorita.
Pavarotti
"Caruso"
Siempre he creído que la major manera de despedir a alguien es recordándolo, haciéndole un huequito en nuestro corazón, donde finalmente siguen viviendo.
ResponderBorrarUn beso par tí y otro para Olga.
Uno nunca deja de vivir hasta que uno es olvidado, pero si uno deja algo que alguien pueda retomarlo en el futuro, uno reencarna.
ResponderBorrarLee mi blog de fecha 22 de mayo del 2009.
http://ivocizana.blogspot.com/2009/05/se-feliz.html
Saludos.
Un abrazo.
Siempre en nuestra mente y en nuestro recuerdo.
ResponderBorrarTodos algun dia volveremos a estar juntos.
Un abrazo.
:-)
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