martes, 27 de octubre de 2015

NO TE DETENGAS

Dormí poco pero dormí bien. Estoy tranquilo, no pude entrenar como había planeado y está bien, voy a disfrutar la carrera sin presionarme por el tiempo. Le pedí a mi hermano que me hiciera el diseño de la playera que voy a usar, que incluyera los nombres de mi familia y el de mis atletas favoritos que siempre son ejemplo para mi.




Son las 5.45 am y caminamos 10 minutos para tomar el tren que nos dejará en el centro. Igual que en CdMx, la mayoría somos corredores y los vagones van llenos, por lo mismo, en cada estación tardamos en arrancar de nuevo y empiezo a ponerme nervioso por la posibilidad de que se haga tan tarde que no alcance a llegar a tiempo para la salida. Prieto está nervioso también, me manda mensajes y me pregunta si estoy cerca para irnos juntos con Ale y Euri como quedamos un día antes. Al fin llegamos.

- ¡Una foto los cuatro juntos! -
- ¡Ahora con ésta cámara! -
- ¡Volteen para acá! -




Beso a Ingrid, abrazo también. Te amo, yo también. Vámonos ya. Estamos a dos cuadras de la línea de salida pero ya son las 6.45 am y no dejarán entrar a nadie después de las 7.20 am. Hay mucha gente, por favor, que lleguemos a tiempo a nuestro corral. Lo logramos, a pesar de la multitud, todo fluye y está organizado perfectamente. Estamos listos, 7.10 am.

Estamos nerviosos, tenemos frío pero sabemos que al rato hará calor y humedad. Muchos traen playeras, chamarras y sudaderas que se irán quitando en el camino y que alguien recogerá para dársela a gente que vive en la calle. Vamos a tomarnos una foto antes de salir. Una mujer canta el himno de Estados Unidos en el micrófono, hay mucha gente muy emocionada, entre ellos, nosotros. Aplaudimos y empezamos a avanzar con el contingente maratonista. Siento la piel erizada, estoy llorando. Soñé varias veces con este día, durante mucho tiempo parecía que no iba a estar listo pero sí. Solo quiero terminar sin lesiones.

- Berna, me voy contigo.-

Me tranquiliza oir a Prieto decirme eso.

- Vamos a irnos con calma, a disfrutar el recorrido sin volvernos locos.- Es nuestra estrategia.

Es cierto, estamos de vacaciones. Me siento bien en este ritmo. Choco mi mano con la de los niños. Vamos leyendo los carteles de la gente mientras platicamos de cómo le fue en Paris, de cómo nos lesionamos los dos, de nuestros planes, de todo. Él va poniendo el ritmo, yo me acelero con los choques de mano pero Carlos me regresa. Estoy cómodo, es mucho mejor corredor que yo y sé que me va cuidando. Ahí están las chicas. El ánimo para arriba. Las saludamos y nos vamos recargados. Más plática. Vamos paseando. Estamos bien.



Me siento fuerte y aprieto el paso. ¿Qué tanto puedo aguantar este ritmo? Puedo ir más rápido. ¿Qué tan rápido? No quiero pararme. Me he detenido muchas veces en los dos maratones que he hecho hasta ahora, muchas veces. Una de mis metas es no hacerlo hoy. Bajo mi ritmo. Ahí están de nuevo las muchachas. Otra vez el ánimo para arriba. Me siento muy bien. Medio Maratón.

Si sigo así, puedo hacer menos de cuatro horas. No sueñes. Estoy fuerte. Tranquilo. Puedo hacerlo. Mantengo el paso y dejo de ver la ruta. Me concentro en abrir mi compás, en marcar mi brazada, mantener mi respiración y ritmo cardiaco. 

Ya no soporto el calor. El sol está en mi espalda y siento que me quema las piernas. No debí correr con mallas, la tela negra se está calentando demasiado y no las aguanto ya. Es la última parte. Nunca he corrido más de 35 km sin detenerme. Mi último gel. Más Gatorade. Más agua. No te detengas.

Calambre abajo de nalga izquierda. No te detengas. Arrastro mi paso y clavo mi mano en en la pierna para matarlo. Me amenaza con volver durante 2 km. Invoco a los nombres de mi playera. Lloro. Veo mi Garmin. Aún puedo pegarle abajo de las cuatro horas. Sueño.

Recta infinita. Ya no hay sombra. No sé qué hago aquí. Quiero parar.

- ¡No te detengas, cabrón! - Me recrimino por pensarlo.

¿Cuánto falta? No te detengas. Resiste 2 km más, es una vuelta a Ámsterdam, lo has hecho muchas veces hasta caminando. Sí, quiero caminar. No te detengas.

- ¡Hey! ¡Berna!




Ahí están de nuevo. Hola. ¿Esas caras de susto serán por cómo me veo? No puedo más. Última milla. Que no me la dé. 

- ¡Tato! ¡Tato! Aquí está tu bandera.-
- No la voy a aguantar, no puedo llevarla. - Respondo mientras siento que si la cargo, el esfuerzo me va a hacer vomitar.

Dice que me quiere y que me ve en la meta. No estoy tan seguro de poder llegar hasta ese lugar. Sigo corriendo por inercia. 200 m finales, vuelta a la derecha. Una montaña. Corredores en el suelo, en sillas de ruedas, paramédicos. Pienso que estoy a unos segundos de estar como ellos. No te detengas. Terminando esa subida, habrá una bajada. Nada. Vuelta a la izquierda. Quiero cerrar pero las piernas no dan más que para mantener el paso.

Lloro de nuevo. Alzo los brazos. Cierro los ojos. Respiro.




Mi primer maratón sin detenerme.

Qué día más increíble.

Como cuando en los 90's, al inicio de las transmisiones de los partidos de los Pumas por Imevisión, el maratón de Chicago empezó con esta gran rola.

Van Halen
"Right Now"

21 comentarios:

  1. ¡Qué fuerte! Ya sabes de que estás hecho. Eres iron y eres puro corazón. Estás rodeado de gente amorosa... siempre lo has estado. Y además de maratonista, también eres un narrador excelente. Un abrazo de Luz.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. Sin duda estoy rodeado de gente que me quiere y yo a ellos. ¡Abrazo!

      Borrar
  2. Eres un súper chingón Berna ¡Eres un crack, un fregón, un cabronsísimo! Te admiro un chingo e inspiras. #RiseAndShine

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Superman, muchas gracias. Yo te admiro a ti. Me repetí muchas veces tu #RiseAndShine antes y durante mi carrera. Ahí ibas empujando a IronBarriga. Abrazo.

      Borrar
  3. Eres un chingoazo, te lo mereces, se lo merecen ambos, que orgullo contarte entre mis amigos, te admiro y te quiero. felicidades.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Mi Volador. Yo soy el orgulloso y afortunado de tenerlos conmigo. Te quiero yo tambor, un chingo. Abrazo.

      Borrar
  4. Mis respetos cabron. Mil veces cabron, yo no se si luego de una lesión como la tuya hubiera regresado, así fuerte como tú, te admiro y muchas felicidades.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias, Pepe. Cada que pensaba que podía estar abajo de esas cuatro horas, pensaba en ti y en Roger rompiendo el maratón CdMx. Yo quiero ser como ustedes, cabrones. Abrazo.

      Borrar
  5. ¡Así mero chingao, así mero!
    Fuerte y valiente, enfocado y tenaz, firme y digno, por todo eso y más, desde antes ya sabías que ibas de inicio
    ¡Muchas Felicidades IronBerna!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Edgar, muchas gracias por ponerme ahí, de titular; por estar al pendiente de mi recuperación, por mi programa y por tu amistad. Eres una referencia muy importante para mi. Un abrazo.

      Borrar
  6. ¡Muchas felicidades Berna!
    ¡Enhorabuena por cumplir tu objetivo: no detenerte y vivir el maratón con sus momentos de alegría y optimismo, y cuando las piernas fallan y quiere uno parar!
    Hasta la meta ¡lo lograste!
    Abrazo

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias, María. No me detuve porque sentí sus buenas vibras toda la carrera, lo logré gracias a ustedes. Abrazo.

      Borrar
  7. Muchísimas felicidades! :)
    Olvidaste mencionar que ante el dolor, alucinaste a todos apoyándote en la porra...excepto a tu hermosa hermana que se levantó temprano para verte :')
    Te odio! :*

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. No te aluciné porque iba pensando en ti, sopa. Gracias por todo siempre. Te quiero infinito. Besos.

      Borrar
  8. Qué fregón relato de tu maratón "sin detenerte", lograste poner mis ojos cristalinos de la emoción.
    Admirable, felicidades por no detenerte y luchar hasta esos últimos 200mts. que parecen interminables.
    Abrazo afectuoso!!!!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Yo así traigo mis ojos de leerlos. Muchas gracias por el apoyo y la buena onda siempre, Ale. Un abrazo.

      Borrar
  9. He de reconocer que tu relato me suena a auto flagelación, no lo entiendo, pero te leo feliz y eso es lo importante. Lo que más me gusta de todo es que escribes, eso sí lo entiendo y me encanta. Me gustó leerte, alguno que otro relato me han sorprendido (uff!, que cosa) y otros me han provocado carcajeas, textual. Me tuviste leyendo ayer y todavía no acabo todos tus post. En fin, ya no eres el Klein que conocí. Si lo placentero es correr entonces te deseo muchos kilómetros por delante.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Saludos, Alejandra! Qué padre que te hayas entretenido con mi blog. Un abrazo a los Alejandros y a toda la familia.

      Borrar
  10. Te admiro y te respeto: No nomás por que sea el maratón de Chicago. Quienes andamos en esos trotes sabemos lo dolorosos que son los últimos doscientos metros de cualquier carrera. Un abrazo y toda mi solidaridad. Reti-hartas felicidades! Que sigas disfrutando cuando la raza te dice: Estás loco?

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Gracias! Espero que cada vez me cuesten menos esos kilómetros finales, desde el 35 ya iba maldiciendo a todos. Un abrazo.

      Borrar